sábado, 8 de diciembre de 2012

2012 se escapa...

Dos mil doce. Este año ha sido, sin duda, el mejor año de mi vida. He vivido cosas que hace un puñado de meses solo aspiraba a soñar, cosas que casi parecían estar en un mundo paralelo al que jamás podría acceder. Pero este 2012 decidió demostrarme que ese mundo paralelo no existe, que solo es un mundo al que con ganas e ilusión, podía acceder y hacer de él nada más y nada menos que mi mundo.

Cuando 2011 se fue yo no era más que una loca por las motos que jamás había tenido la oportunidad de escuchar un motor de cerca, por culpa de ser la única aficionada de la familia. No soy ni la única, ni la primera, ni la última a la que le pasa esto. Son muchas las personas que por unas cosas u otras, nunca han podido pisar un circuito, escuchar un motor en vivo o aspirar el aroma a gasolina y goma quemada que inunda los circuitos. Sé lo que es eso, y sé que te hace sentir tremendamente impotente. He pasado años en esa situación, y antes de entrar a formar parte de las redes sociales era aún peor porque no solo era la impotencia, sino también las ganas de hablar con alguien de un tema que nadie a mi alrededor alcanzaba a comprender. Es duro, muy duro.

Pero, por suerte, y sé que he sido muy afortunada por cómo han salido las cosas, 2012 lo cambió todo. Mi vida se ha convertido en una montaña rusa, he conocido gente, circuitos, me he marcado el brazo derecho de por vida, he descubierto que hacer sonreír a la gente que admiras es lo más bonito que se puede conseguir, que animar a alguien con todas tus fuerzas crea recuerdos imborrables y, sobre todo, he encontrado mi mundo. Mi sitio está aquí, es este y no lo voy a cambiar. He luchado contra viento y marea, he tenido discusiones con mis padres por sentir que no me entendían, y he defendido lo mío hasta la saciedad. Pero teniendo en cuenta cómo estoy ahora, feliz, pletórica, mejor que nunca, volvería a pelear contra cualquier elemento que se me pusiera delante para obtener una recompensa que es más grande que cualquier lucha.

A todas las personas que se fueron de mi vida este año, que os vaya bien. No os necesito. Mucho más importante, a todas las que han entrado en ella y sé que no se irán: gracias. Cada una de esas personas ha hecho de este año algo inolvidable, cada pequeño recuerdo lo guardo entre algodones. Y a todas las que ya estaban y siguen en ella, si seguís es porque tengo claro que no quiero perderos. 

Y ante todo, gracias moticiclismo. Gracias por demostrarme que no necesito nada más para sonreír.

Aunque me da pena despedirme de este año, sé que 2012+1, aunque sea un número tan feo, promete aún más........ te espero con cierto recelo por ser ese número, pero con más ganas que nunca de disfrutar mi vida.