jueves, 30 de agosto de 2012

El valor de una enseñanza.

Puede que no sea campeón del mundo. Puede que no sea el mejor. Puede que no haya destacado. Puede que haya tenido mala suerte. Puede que no haya conseguido nada más allá del título de campeón de España. Puede ser que le critiquen. Puede ser que no tenga la mejor moto. Sí, puede ser.

Pero todos estos "puede ser" se quedan en nada cuando pienso en lo que "es". Es mi ídolo. Es el que me ha enseñado a creer cuando nadie lo hace. Es el que me ha enseñado a seguir adelante. Es el que me ha enseñado que si yo creo en mí misma, no hace falta que nadie más lo haga. Es el que me ha demostrado que la lucha es el camino. Es el que me ha demostrado que una sonrisa es el mejor empujón. Es el que me ha demostrado que a veces hay que dar dos pasos atrás para coger impulso. Es el que me ha enseñado que admirar al que gana es bonito, pero admirar al que lucha lo es aún más.

Él es Aleix Espargaró y yo estoy orgullosa de poder decir que me ha ayudado a ser como soy.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Gran Premio de la República Checa.

Martes, 28 de agosto de 2012. A las siete y cuarto de la tarde han terminado seis días de aventura, velocidad y muchas experiencias. En la mañana del miércoles 22 partí hacia la República Checa sin saber qué me encontraría, y sin tener ni idea de qué vivencias me esperaban en un lugar como ese.

Después de pasar muchas horas de aeropuerto en aeropuerto, el miércoles llegamos a Praga y más tarde, tras dos horas de coche, a Brno. Ese día solo teníamos ganas de descansar y de prepararnos para el fin de semana de motos.

El jueves tuvimos tiempo de dar una vuelta por la ciudad, tomar algo y ver algunos bonitos rincones de Brno, como la plaza más céntrica, que se llama Plaza de la Libertad.

Plaza de la Libertad.
Y después de pasar un rato por la ciudad, nos enteramos de que varios pilotos irían a un centro comercial a firmar autógrafos, así que allí que nos fuimos a ver quién estaba. Nos costó encontrarlo, ya que muy poca gente habla o entiende inglés, pero finalmente llegamos y encontramos allí a Cortese, Edwards, Bautista, Abraham, Spies, De Puniet, Luthi y Folger. Además estuvo Jakub Kornfeil y pilotos checos que participan en la Rookies Cup.

Firma de autógrafos, en la que había mucha gente.


Esa misma tarde fuimos al circuito, a ver cómo estaba la cosa por allí. Ese día ya vimos a muchos de los pilotos porque estuvimos un rato en una de las puertas, justo por la que entran y salen los equipos. Fue divertido ver a muchos de ellos. Además, esa noche, jugaban el Madrid y el Barça, o sea que nos volvimos locas buscando un sitio para poder verlo en Brno... pero no lo encontramos. Terminamos viéndolo en el hotel, por internet.

Tanto mi bufanda como camiseta del Madrid se vinieron en la maleta.

Después de sufrir la derrota del Real Madrid estando tan lejos (que tampoco fue tan catastrófico al final, pero como éramos dos madridistas y much@s culés, pues tiene su 'gracia'), recargamos pilas para empezar la acción de verdad: llegaba el fin de semana.

El viernes llegamos muy pronto al circuito, para recoger nuestros pases y poder ver los entrenamientos libres. La primera tanda la seguimos mediante el wifi del bar del circuito, ya que queríamos descansar un poco. Para los segundos entrenamientos ya nos fuimos a la grada, que en realidad es lo que aquí llamaríamos pelouse... pero es que en el Circuito de Brno solo hay una grada como tal, la de la recta de meta, el resto es todo campo. Para esos segundos entrenamientos colgué mi pancarta en la valla, ya que lucía el sol y no había riesgo de que se estropease (me daba miedo porque la quería de recuerdo, y de hecho la tengo).


Al día siguiente, sábado, marchamos para el circuito a eso de las 7 y media de la mañana. El día anterior, viernes, habíamos pasado mucho calor (de hecho me quemé los brazos), pero el frío decidió aparecer para los últimos entrenamientos libres y los clasificatorios. Este día vimos la qualy en la grada, vibrando con las poles y comprobando que había bastante gente, aunque bien es cierto que no tan apasionada como los españoles, puesto que las que más nos emocionábamos éramos nosotras...

Tras descubrir quiénes harían la pole, entramos al paddock a ver qué había por allí. Fui en busca de Aleix y Pol para que me firmasen la pancarta, ya que (como luego se confirmó) temía que el domingo iban a irse bastante rápido. 
Firma de Pol en el 44 de la pancarta.

Firma de Aleix en el 41 de la pancarta.
Después de esto, dimos varias vueltas por allí y nos hicimos fotos con algunos de los pilotos que nos gustan. Además, grabamos para el reportaje de Telecinco sobre la asistencia de público al circuito. Nos daba bastante vergüenza, pero fue curioso ponerse delante de la cámara y decir cosas sin tenerlas preparadas. No sé, fue bastante interensante. (Link al reportaje, por si queréis verlo: Reportaje.)

Enseñando mi tautaje.

Tras pasar una bonita tarde por allí, nos marchamos a casa bastante tarde, casi al límite de la hora a la que cierran el parking. Creo recordar, que ese día llegamos a pasar más de 12 horas en el circuito.

Con esto llegamos al día grande, el domingo de carreras. Este día nos levantamos con el sol y nos fuimos para el circuito muy pronto, intentando evitar el posible atasco en la carretera (luego a penas encontramos retención, pero más vale ser precavido...). Tras pasar un rato bastante desagradable durante los Warm Up, ya que llovía mucho, decidimos buscar un lugar donde ver las carreras. Después de mirar varios sitios, puesto que no queríamos ir a la pelouse llena de barro, decidimos irnos a la recta de meta, en frente del muro y los boxes. Desde allí podíamos ver toda la parrilla de salida, además de una pantalla para seguir las carreras, e incluso veíamos el podio, que en este GP es bastante bajito. Tras pasar nervios, gritar, saltar y llorar con los distintos desenlaces, volvimos a marchar para el paddock.

Durante los WUP llovía a mares.
Ya después de todas las carreras, estuvimos dando una vuelta entre los distintos camiones, hospitalities y carpas (en Brno no hay boxes para todos los pilotos, algunos de ellos, tanto de Moto3 como de Moto2, tienen que conformarse con carpas). Durante este rato vimos a casi todos los pilotos de MotoGP, que seguían por allí puesto que el lunes tenían tests. Sin duda, lo más destacable de esto es que pudimos estar cerca del gran Valentino Rossi y del flamante ganador de la carrera de MotoGP, Dani Pedrosa, dos pilotos que normalmente no se dejan ver mucho.

Ya el lunes, que en principio teníamos pensado ir al circuito a ver los test pero al final decidimos no ir, lo empleamos en conocer la ciudad a fondo, en pasear y comer fuera. Primero fuimos al Castillo de Spilberk, un lugar bastante bonito que está en una colina. Desde allí se podía ver toda la ciudad de Brno.

Castillo de Spilberk.
Preciosas vistas desde un mirador del castillo.
Después de disfrutar de este lugar, nos fuimos a un italiano del centro a comer. ¡Riquísimo y baratísimo, en comparación con España! Por 26€ habíamos comido dos personas, con Coca Cola y postre. ¡Fue genial! Y después de darnos este gusto, nos marchamos para casa, porque tocaba recoger, limpiar, cenar algo, dormir y prepararnos para amanecer a las 4 de la mañana, rumbo a casa... ¡y ya pensando en qué Gran Premio será el siguiente!

jueves, 16 de agosto de 2012

Cuando el tiempo te ayuda a darte cuenta.

Llevamos tres semanas sin MotoGP, un mes sin Moto2 y Moto3. Desde la carrera de Laguna Seca han pasado exactamente 18 días, y aún nos falta un jueves que acaba de empezar hasta volver a ver un entrenamiento libre. Todo este tiempo sin motos, de alguna manera, te hace ver la vida algo más despacio.

Cuando no estás a todas horas viendo motos en su máximo esplendor, a toda velocidad, descubres que a veces se puede ir despacio, y pensar las cosas. Eso es justo lo que me ha pasado a mí durante las típicas vacaciones de verano que hay todos los años en el Mundial de Motociclismo, me ha dado tiempo a pensar las cosas.

Entre todo lo que he pensado, he decidido ir a Brno, cumplir un sueño. Cuando lo pensé por primera vez era una locura... ahora es una realidad y estoy a seis días de partir hacia la República Checa. Cualquiera puede pensar que por qué es diferente este circuito a los dos que ya he visitado. Veréis, es simple: salir a un circuito de fuera de España siempre ha sido un sueño, desde pequeña. He de reconocer que Brno no es el que más me atrae, pero tiene su encanto. De hecho, allí fue donde el gran Valentino Rossi consiguió su primera victoria en 125cc, y donde el eterno Marco Simoncelli hizo su primer podio en MotoGP, hace un año.

Además de pensar mi viaje, también he tenido tiempo de darme cuenta que desde Montmeló no he vuelto a pisar un circuito. Montmeló fue especial, fue diferente, fue doloroso... y será inolvidable. Hay algo que quiero destacar, sin ánimo de crear guerra entre fans de Márquez y de Pol, pero ese Gran Premio tuvo cosas que los que apoyan a Marc jamás entenderán, que solo los que de verdad sentimos algo dentro de nosotros al ver a Pol Espargaró sobre la moto somos capaces de comprender. Es un dolor, es un miedo, es un recuerdo imborrable. Algo que no se va, algo que puede que el tiempo sea capaz de atenuar, pero que difícilmente conseguirá hacerlo desaparecer. Ahora que voy a volver a un circuito, es cuando me doy cuenta que tengo ese miedo muy dentro.

Es un temor a volver a pasar lo mismo, a volver a sufrir las lágrimas de aquel día, el dolor en el pecho, el sufrimiento, el recuerdo de uno de los días más agobiantes que he vivido jamás. Ahora me doy cuenta de que tengo un miedo enorme hacia la posibilidad de que pueda pasar algo parecido a aquello. No fue más que un lance de carrera, un toque desafortunado, una decisión del destino que nunca aprobaré, pero fue diferente porque yo estaba allí. Lo viví tan de cerca, que se me quedó grabado a fuego en lo más profundo de mi alma motera.

Aunque puede parecer que esto es demasiado dramático, realmente lo siento así. Siempre hay un temor imposible de esquivar cuando estás viendo sobre la moto a gente que realmente aprecias. Pero es que, por encima de todo esto, hay algo aún más fuerte: la pasión por el motociclismo. Esta es tan, tan grande, que ni el más trágico suceso, ni la lágrima más pura, ni la caída más dolorosa pueden con ella. Es el motor que nos mueve, y yo no pienso dejarlo parar hasta que no lo haga mi corazón.