miércoles, 13 de junio de 2012

It's rainning, men...

Silverstone. Reino Unido. Sol... Un momento... ¿He dicho sol? En UK no conocen al astro rey. Llueve, y muy a menudo. Para el Gran Premio de motociclismo, que llega este fin de semana a tierras inglesas, la lluvia no iba a ser menos. Compró entradas y va a ir, nuestra amiga el agua no se pierde una. Cada vez que puede, se deja caer por un GP. Ya podría quedarse en las nubes...

En 2011 ya sufrimos lo que son las carreras en mojado allí en Silverstone. Yo recuerdo, especialmente, la caída de Maverick Viñales entrando en meta. Como casi todas las caídas en agua, abriendo gas, sin hacer nada que difiera del resto de vueltas... pero simplemente, te caes. Rodar en agua es así. No hay avisos, no hay advertencias, solo vas al suelo y quedas fuera de carrera en apenas una milésima de segundo. Esa milésima puede acabar con tu carrera, o con la de tu mayor oponente, porque esta condición es igual para todos y puede ser favorable, o totalmente contraria a tus intereses.


Este año, la lluvia vuelve a tener presencia en los pronósticos metereológicos para este fin de semana. Según las predicciones, el día que más lloverá será el viernes, con algo menos de lluvia el sábado y bastante menos el domingo. Algo así como 80% de probabilidades de precipitación el viernes, por un 70% el sábado y un 40% el domingo. Aunque el domingo hay menos posibilidad de precipitaciones, la humedad no bajará del 80%, por lo que la pista, previsiblemente, no llegará a estar a buena temperatura en ningún momento. Una pena, puesto que esto va a impedir a los pilotos rodar al límite y luchar al cien por cien.

Más allá de las complicaciones que encontrarán los pilotos, que serán abundantes como es lógico, está el sufrimiento de los aficionados. Ellos lo pasan mal porque, para qué vamos a negar lo evidente, a nadie le gusta rodar en agua. Puedes ser bueno en estas condiciones o no encontrar tantos problemas como el resto, pero nunca te va a gustar tener que rodar al 50%, porque este deporte trata de ir al límite, y el agua lo impide. Pero a parte de lo que ellos sufren en unas condiciones tan extremas, tenemos los nervios del que está en casa, en el circuito, o allá en cualquier lugar del mundo, apoyando a sus pilotos y rezando todo lo que recuerda de sus tiempos de catequesis, para que el agua no acabe con la carrera de sus favoritos antes de tiempo. Rezas cualquier oración, hasta las que nunca llegaste a aprenderte para hacer la comunión, que cuando se trata de hacer fuerza para que no se caigan los tuyos, te las aprendes. Miras la televisión con miedo, pensando en qué será de ese piloto cuando pase la siguiente curva, y cagándote en todo el que pensó que cantar, desafinando a cada nota, era una buena idea. (Nota: si cantas mal, deja de hacerlo, por el bien de la humanidad. Y más aún si se acerca un fin de semana de Gran Premio. NO CANTES. Gracias.)

Luego pasan las vueltas, y poco a poco te relajas porque ves que esos pilotos que apoyas, siguen en carrera. Hasta que uno de ellos tiene un susto, se va recto o se pelea con una moto que más que eso, parece un caballo salvaje. En ese momento vuelves a temblar y a rezar, en ese orden o en el inverso, da igual. Y por supuesto, vuelves a cagarte en el cantante de turno. Este proceso se repite, una y otra vez, hasta que a veces, acabas destrozado por la caída de uno de los tuyos, o acabas feliz y sonriente porque cada vez que uno de ellos termina una carrera en mojado, es una victoria. El problema es justo este: con agua, no se sabe cómo terminará la cosa... y la incertidumbre es lo único que no quieres sentir cuando se trata de apoyar a tus ídolos, tus pilotos, tus favoritos... para así llevarlos hacia la línea de meta.

1 comentario:

  1. hola, me gusta mucho tu blog y me encantaría que te pasases por el mio, aunque soy nueva y solo tengo una entrada.
    Pero ya iré mejorando ;) a ver si llego a las mismas que tu jejeje
    ya te sigo!!

    http://whatmovesyourheart.blogspot.com.es/

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